El mundo.
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El mundo es eso, reveló, un monton de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con su luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende...
Comentarios
algun dia...
no toy inspirada,las mujeres con testiculos de la casa me quitan las ideas...son tres contra mi... y me dejo llevar por la inercia del grisverdeazulado...me voy muy seguido...
tome agua...y cambio de tema...
aios...
Pase a saludarte y decirte que ya eres parte de mis sociedades
Salubos y un besote